domingo, 10 de abril de 2011

Sidney Lumet

Nació el 25 de junio de 1924, en Fildadelfia, Pennsylvania (Estados Unidos).Se integra en el Yiddish Art Theatre a través de su padre Baruch; aparece en la obra teatral A Flag Is Born(1937) como actor; durante la Segunda Guerra Mundial desarrolla labores de comunicación en el Army Sgnals Cop; a su regreso ingresa en el Actors Studio; después de abandonar la prestigiosa escuela de interpretación americana funda, junto a otros artistas, la Actors Workshop; trabaja en la televisión como director de unos doscientos cincuenta espacios dramáticos o culturales (Goodyear Television Playhouse, Kraft Television Theatre, Danger, You Are There, Omnibus)(1950-1959).Oso de Oro del Festival de Berlín a la Mejor Película por Doce hombres sin piedad (1957); Nominado al Oscar al Mejor Director por Doce hombres sin piedad (1957), por Tarde de perros (1975), por Network, un mundo implacable (1976) y por Veredicto final (1982); Nominado al Oscar al Mejor Guión Adaptado por El príncipe de la ciudad (1981), junto con Jay Presson Allen; Nominado al Emmy al Mejor Director de Drama por Sacco-Vanzetti (1960-1961); Premio David Wark Griffith (1994); Oscar Honorífico (2005).Hijo del actor Baruch Lumet; padre de la actriz Jenny Lumet; autor del libro sobre el arte cinematográfico Making Movies (1995)  Así se hacen las película (1999, Editorial Rialp).Prolífico director surgido de la televisión americana de los años cincuenta, Sidney Lumet ha alcanzado una cifra similar de películas respecto a sus años dentro de la profesión. La ópera prima de Sidney Lumet Doce hombres sin piedad se reveló como un título ya mítico fundamentalmente por una suprema dirección de actores y en la honestidad de sus planteamientos, dos de los rasgos más característicos de este veterano cineasta. Veredicto final, El abogado del diablo o La noche cae sobre Manhattan también resaltan el interés de Lumet por los espacios judiciales, compartido por su devoción hacia las crónicas policiales (Distrito 34: corrupción total, Serpico, Tarde de perros), dos estamentos en los que se sustentan las democracias y que devienen un foco de corrupción latente. En medio de esta conciencia social, que se amplia al estamento militar (The Hill, Punto límite), Sidney Lumet se ha significado como un conpíscuo adaptador de novelas o textos teatrales de forma ecléctica, en el que confluyen autores de todo signo y condición —Agatha Christie (Asesinato en el Orient Express), John Le Carré (Llamada para el muerto), Eugene O´Neill (Larga jornada hacia lo noche), Arthur Miller (Panorama desde el puente), Anton Chejov (The Sea Gull)—. Probablemente esta dispersión temática ha impedido valorar en su justa medida a Sidney Lumet, un director que ha sabido utilizar una larga experiencia tanto televisiva como cinematográfica para desarrollar en los años ochenta una ejemplar relación de films de ritmo preciso y de una gran madurez narrativa. De esta forma, algunos de sus trabajos más personales se concentran en este decenio, desde Daniel —un proyecto largamente acariciado en base a un guión adaptado por el propio autor de la novela, E. L. Doctorow— o Un lugar en ninguna parte, una emotiva historia en la que afloran las relaciones paternofiliales, un tema que cobra un interés creciente en su filmografía (Buscando a Greta, Negocios de familia, Una extraña entre nosotros, La noche cae sobre Manhattan). Con la salvedad del thriller A la mañana siguiente, la obra de Lumet se ha desenvuelto en Nueva York, una ciudad que le ofrece una enorme variedad de localizaciones servidas por su habitual diseñador de producción Philip Rosenberg y fotografiadas por David Watkin o el polaco Andrzej Bartkowiak, el sucesor natural de otro colaborador fundamental en su primera época, Boris Kaufman. La longevidad de Lumet en el primer plano cinematográfico se debe a su capacidad por combinar cintas comerciales con obras de fuerte implicación personal, conjugando fracasos (Una extraña entre nosotros,Daniel) con sonoros éxitos(Negocios de familia, Network, un mundo implacable, un título profético sobre los entresijos de la televisión, tema asimismo abordado en Power). Si bien Lumet ha logrado un promedio de un film por años, también ha visto abortados una serie de proyectos como Double Cross, una segunda parte de El honor de los Prizzi o la adaptación de irreverente libro de memorias de Truman Capote .





No hay comentarios:

Publicar un comentario